viernes, 18 de julio de 2014

Relato: El caramelo



Suena el despertador, lo apaga y se levanta de nuestra cama hacia el baño, y no dice nada. Me levanto, voy hacia el baño para darle un abrazo, pero enseguida me suelta suavemente, diciendo que llegará tarde a trabajar. Mientras me voy vistiendo, sube el olor a café de la cocina y se oye la tostadora. Para cuando voy a desayunar, él ya ha terminado y se va al dormitorio apresurado, porque llega tarde. Además de prepararme el desayuno debo recoger su taza y el plato donde ha comido tostadas. Pongo la cafetera, preparo las tostadas y le oigo hacer lo que siempre ha hecho: agarra las llaves, las mete en el bolsillo del pantalón y me deja un caramelo en la mesa. Y se va, a veces sin despedirse.
Esa mañana me quedé mirando el caramelo mientras sorbía lentamente mi café, pensando. A pesar de ser una pareja durante cinco años, me había convertido casi en su esposa, pero sin anillo ni ceremonia. Y ese caramelo fue el inicio de nuestra relación, y ahora era la única muestra de cariño hacia mí. Sentía que el caramelo se había vuelto una rutina para él, casi una obligación, y eso me deprimió bastante. Aún así, fui a trabajar.
Varias semanas después él siguió con la misma rutina, y yo seguía más hundida conforme más tiempo pasaba. Me planteé varias veces volver a mi apartamento, donde aún había cosas mías. Estaba decidido, volvería antes del trabajo, haría las maletas y volvería a mi piso, dejando esta relación en una amistad más.
 Conforme hacía las maletas empezaron a aparecer en mi mente los primeros años de nuestra relación, tumbados en la alfombra del salón mientras veíamos una película, abrazados y enamorados; dando largos paseos tomados de las manos, y los innumerables momentos en los que no decíamos nada, pero lo decíamos todo. Y, sobre todo, el día que empezamos a salir juntos, el primer caramelo. Sentía nostalgia por rememorar aquellos maravillosos años, y cerré la última maleta.
Me sorprendió cuando le dije que ya no podía seguir con él, porque me dijo que hacía tiempo que él no sentía la chispita que nos unió, y que tenía miedo de decírmelo y hacerme daño. Me pidió perdón, me abrazó y me dirigí a la puerta. Cogí mis llaves, las metí en mi bolso y le dejé el último caramelo encima de la mesa.

jueves, 3 de julio de 2014

Belleza: Cómo cuido mi cabello

Hola mis bonitas bolitas de pelo. Ya por fin terminamos los exámenes y empiezan las vacaciones. Es tiempo de relajarse y disfrutar de un tiempecillo de descanso. Por eso voy a aprovechar para contaros cómo cuido yo mi cabello y hacer un "review" de cosas que hago para que crezca sano.
 En primer lugar hay que decir que esto es lo que a mi me está funcionando ahora mismo, según mi tipo de pelo y las diferentes condiciones externas (estación, humedad, temperatura...) e internas (estrés, cansancio, dieta...). Bueno, empezamos:
-Aceites para el pelo. Esto lo descubrí hace unos meses y creo que lo comenté hace tiempo.
 Empecé a usar el aceite de argán (que yo lo encontré como sérum) y supuestamente, además de hidratar y de dar brillo, eliminaba el encrespamiento o el frizz, pero a mí personalmente no me ha ayudado mucho en ese aspecto. Aún así, me gusta el brillo que me deja y el olor tenue que tiene, que es difícil de describir, porque es un poco dulce pero no es empalagoso, pero no es el típico olor dulce. Es muy raro de explicar.
Más adelante empecé a usar aceite de almendras dulces, que siento que hidrata y ayuda a desenredar el pelo (en pequeñas dosis claro). Yo me lo echo casi todos los días con mi pelo seco, o cuando salgo de la ducha con el pelo mojado y junto con el de argán. De momento, estos dos aceites me van bien y llevo ya unos meses usándolos.
Y ahora viene la novedad. Cuando empezó el calor (más o menos a mitad de mayo en mi ciudad) noté que se me resecaba un poco más de lo normal, debido a que aún sigo usando e champú de cebolla (como contaré más adelante). Así que me puse a investigar en youtube sobre cómo "reparar" el cabello dañado (en verdad no se puede reparar, pero si se puede prevenir el daño) y me enteré de otros dos amiguitos: el aloe vera (o sábila) y el aceite de coco.
Este último si lo había oído antes y sabía que era bastante hidratante. En teoría se debe usar el aceite de coco más natural posible (que es sólido a una temperatura media), pero donde yo vivo es muy difícil de encontrar y yo he conseguido uno mezclado con aceite vegetal (según la tienda, era lo más puro que tenían, supuestamente entre un 90 y un 95%) que es líquido. Aún así os digo que sólo lo he usado una vez y he notado una gran diferencia, no me noto tan dañadas ni resecas las puntas. Yo me la he puesto en una "supermascarilla" donde puse todos estos aceites, además de un huevo, aceite de oliva, aloe vera y un poco de protector solar, y se nota un montón (el resto de cosas obviamente también ayudan). Si alguien se anima a probarlo solo, hay que tener en cuenta de que, con ponerlo una vez a la semana es más que suficiente.
Y el último aceite en este grupo es el aceite de aloe vera. Deciros que yo lo he encontrado al 99% y más que un aceite en un gel. Por supuesto si encontráis la plantita o podéis averiguar las hojas fácilmente también sirve. Lo bueno del aloe vera es que  fortalece el pelo desde "dentro", colándose en las fibras del pelo y haciendo que sea más difícil de romper o de dañarse.
Tooodos estos son los aceites (más el de oliva) que uso para nutrir mi cabello de la manera más natural posible. Si queréis saber exactamente cómo es esta mascarilla, comentadlo y os podré la receta la próxima vez.

- Los peinados. Aunque yo durante años he sido de las chicas que casi todos los días tenía una trenza, una coleta muy tirante o peinados de este tipo, es una de las primeras cosas que he debido cambiar para dejar crecer mi cabello. Cuando necesito recogerme el pelo por el calor procuro hacerme coletas o moños sueltos, o si estoy sentada, paso todo mi pelo por encima del respaldo de la silla o sofá donde esté sentada, de manera que el pelo no toca mi cuello (es decir, no se calienta por mi calor corporal) ni siento tanto calor por tener el pelo suelto. Y a la hora de dormir me hago un moño alto y suelto para que no esté alborotándose toda la noche por la almohada ni se rompa por la electricidad estática.

-Productos mientras y después de ducharme. Como ya he dicho, sigo utilizando el champú con cebolla, descansé durante un mes y medio y he vuelto a usarlo. A pesar de que el azufre del la cebolla estimula el cuero cabelludo, este champú también lo reseca, por lo que hay que procurar hidratar muy bien todo el pelo. El champú solo lo aplico en la raíz. Además de utilizar la mascarilla de aceites que he dicho antes, también utilizo un par de veces a la semana la mascarilla nutri-repair de garnier (no es publicidad, es que la uso de verdad), ya que , al tener el pelo fino ya de por sí se reseca mucho, y más con el champú, por lo que necesito usar varias veces a la semana mascarillas hidratantes. Esta funciona muy bien y deja un olor muy agradable. Después utilizo un acondicionador sin aclarado y espuma para rizos. OJO: si tú también tienes el pelo fino y usas espuma regularmente ponte algún tipo de sérum o aceite tras la espuma, ya que esta tiene alcohol, que también reseca el pelo (no sé si existen espumas sin alcohol, así que pienso que es mejor hacerlo así).

-La dieta. Cuando digo dieta no es régimen, sino comidas del día. Por lo general, en mi caso, suelo comer bastantes proteínas de carnes blancas, lácteos y pescados, además de verduras, que por regla general aportan minerales y vitaminas imprescindibles que el cuerpo no es capaz de obtener por sí mismo. No suelo comer hidratos (pasta, cereales, legumbres...) excepto cuando voy a hacer ejercicio físico. Además, cada mañana tomo un multivitamínico y vitamina b12 (esto último lo tomo para saber si ayuda al crecimiento del pelo, no por "necesidad", ya que el multivitamínico también tiene esta vitamina)

Y bueno, creo que ya está, es un resumen de lo que hago para cuidar mi pelo lo mejor que pueda. Espero que os haya gustado y servido. Hasta la próxima bolitas ;3